Durante 2025, se prevé que España reciba a más de 100 millones de turistas, cifra que no sólo marca un hito histórico, sino que confirma la recuperación y superación del volumen de antes de la pandemia, consolidándose como el destino turístico líder durante los meses de verano. Este repunte ha tenido un efecto inmediato en el sector hotelero, acelerando el dinamismo inversor y dando impulso a operaciones de compraventa en destinos clave como Baleares, Canarias y la zona del mediterráneo.
Francisco Rodríguez, CFO de R2 Hotels, la cadena hotelera que ofrece alojamientos modernos en destinos costeros y que ya cuenta con 10 establecimientos en Canarias y Baleares, afirma que “la recuperación del volumen de ventas también ha ampliado los planes de mejoras e inversiones, las cuales se aplican con mucha mayor rapidez que en el pasado, que estaban basadas en las partidas para CapEx del presupuesto. Ahora las inversiones se deciden antes y hay que estar mucho más activos para tener una gestión tesorera más dinámica, obligándonos a gestionar mejor los flujos de caja operativos, junto con los nuevos pagos de inversión que se generan sin haber estado previstos en el presupuesto anual”.
Este nuevo escenario abre importantes oportunidades para el sector y sus clientes, pero también plantea cuatro grandes desafíos financieros.
Alta estacionalidad y flujos de caja volátiles:
A pesar de los esfuerzos de la industria hotelera por desestacionalizar el turismo, este objetivo sigue siendo un reto para el sector. Los ingresos, marcados por picos y valles, exigen una gestión financiera flexible que permita mantener la estabilidad y afrontar con solvencia los diferentes momentos a lo largo de todo el año. A ello se le suma la creciente necesidad de optimizar la eficiencia operativa y de abordar con visión estratégica las inversiones en sostenibilidad.
Diversidad de canales de venta y métodos de pago:
La variedad de canales de venta por parte de las empresas hoteleras (agencias de viajes online, reservas directas o sistemas de pago alternativos), sumado a la proliferación de los métodos de pago (tarjetas, wallets, transferencias instantáneas, BNPL, entre otros) ha ampliado las posibilidades de reserva para el consumidor, pero también ha incrementado significativamente la complejidad operativa y financiera. La falta de integración entre plataformas puede generar retrasos en la conciliación y dificultar la visibilidad de los ingresos reales, lo que impacta directamente en la toma de decisiones y en la eficiencia del día a día.
Costes operativos crecientes:
Además, la presión sobre los márgenes es cada vez mayor debido al encarecimiento de la energía, los suministros y los costes laborales. Por ello, la eficiencia financiera y operativa ya no es opcional sino clave para mantener la rentabilidad.
Inversiones en sostenibilidad y digitalización:
A ello se le suman las inversiones necesarias en sostenibilidad y digitalización para cumplir con las expectativas del viajero actual y con los compromisos ambientales vigentes. Desde sistemas inteligentes de gestión hasta soluciones energéticas responsables, estas transformaciones son claves para garantizar la competitividad a largo plazo, pero requieren una planificación financiera precisa y una tesorería ágil y automatizada.
Este enfoque no solo aplica a grandes grupos hoteleros. En el caso de hoteles independientes o pequeños negocios familiares, Embat sugiere adoptar un modelo de gestión financiera riguroso pero sencillo: desde limitar el crédito a 30 días y agrupar pagos no urgentes a mediados de mes, hasta planificar la tesorería con un horizonte de 12 semanas. Esto permite generar un excedente de caja mensual, útil para cubrir pequeñas compras no previstas que resultan inevitables.
A efectos fiscales, se empieza a considerar una empresa como “grande” cuando la cifra de negocio supera los seis millones de euros. A partir de ese momento, las obligaciones fiscales deben presentarse mensualmente, y tanto los registros contables como los controles tributarios se vuelven más exigentes, lo que implica una necesidad aún mayor de contar con herramientas de gestión financiera automatizadas y eficientes.
En muchos de estos establecimientos, los ingresos mensuales no superan los 35.000 o 45.000 euros, lo que obliga a un control riguroso del gasto. En este contexto, soluciones tecnológicas que automaticen tareas como la conciliación o la planificación de tesorería cobran especial relevancia, ya que, en este tipo de hoteles, no resulta viable contar con una persona dedicada a esta tarea.
Un nuevo enfoque financiero para un nuevo turismo
En un entorno donde el turismo en España continúa batiendo récords, la estabilidad financiera será tan importante como la experiencia del cliente y ambas estarán estrechamente ligadas. La tecnología financiera no solo ayuda a sobrevivir en la temporada baja, sino que permite fomentar un modelo de negocio más rentable, sostenible y escalable.
En palabras de Antonio Berga, co-CEO de Embat, la empresa fintech española especializada en la gestión de tesorería en tiempo real en la nube: “Las empresas hoteleras que modernicen sus áreas financieras estarán mejor preparadas para capear la volatilidad y aprovechar el ciclo expansivo actual con visión a largo plazo. Contamos con decenas de clientes del sector hotelero, porque ya han entendido la necesidad de contar con soluciones que les permite optimizar su gestión de tesorería y automatizar la contabilidad y conciliación bancaria”.