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EE.UU. implementará revisiones de hasta cinco años de historial en redes sociales para aprobar la ESTA

EE.UU. implementará revisiones de hasta cinco años de historial en redes sociales para aprobar la ESTA

La decisión del gobierno estadounidense de examinar el historial de redes sociales de los turistas durante cinco años para otorgar la ESTA representa un endurecimiento significativo en los controles de entrada, equilibrando supuestas necesidades de seguridad con crecientes preocupaciones por la privacidad individual. Esta medida, anunciada en el Registro Federal el miércoles pasado —similar al Boletín Oficial del Estado en España—, obliga a los solicitantes de la exención de visa a proporcionar datos exhaustivos sobre su presencia digital, junto con otros detalles personales, lo que podría disuadir a algunos viajeros o complicar procesos rutinarios.

El Registro Federal, como órgano oficial para publicaciones gubernamentales, detalló que la revisión se aplica a ciudadanos de países como Corea del Sur, Japón, Francia, Reino Unido y otros casi 40 aliados en el programa de exención de visa (VWP). Estos visitantes, limitados a estancias de 90 días por motivos turísticos o de negocios, ahora deben entregar información que incluye perfiles de redes sociales de los últimos cinco años. La rationale oficial es evaluar potenciales riesgos de seguridad, como vínculos con actividades extremistas o amenazas, pero críticos argumentan que esto expande el vigilancia digital sin garantías suficientes contra abusos.

Además de las redes sociales, la norma exige datos sobre teléfonos utilizados en el mismo período, direcciones de correo electrónico y detalles de familiares, incluyendo nombres, lugares y fechas de nacimiento, así como números de contacto. Esto eleva las probabilidades de que las autoridades accedan a material sensible, ya que la recopilación masiva de datos personales facilita cruces con bases de inteligencia. Organizaciones como la ACLU (Unión Americana por las Libertades Civiles) han expresado alarmas, señalando que tales requisitos podrían violar derechos constitucionales o disuadir el turismo legítimo, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.

El impacto práctico es notable para eventos internacionales: la Copa Mundial de Fútbol 2026, coorganizada por EE.UU., Canadá y México, atraerá millones de visitantes de países VWP, muchos de los cuales ahora enfrentarán escrutinio adicional. Esto podría generar demoras en aprobaciones de ESTA, afectando planificaciones de viajes y potencialmente reduciendo afluencia si los requisitos se perciben como invasivos. Expertos en turismo, como analistas de la WTTC (Consejo Mundial de Viajes y Turismo), advierten que políticas restrictivas post-pandemia ya han ralentizado la recuperación del sector, y esta podría agregar fricciones innecesarias.

Desde una perspectiva global, esta política se alinea con tendencias de vigilancia digital en fronteras, similares a las de Australia o el Reino Unido, pero con un alcance temporal (cinco años) que la hace particularmente exhaustiva. En contraste, la UE ha implementado regulaciones más estrictas bajo el RGPD para proteger datos, limitando recolectas masivas sin consentimiento explícito. En EE.UU., la medida se justifica bajo leyes de inmigración y seguridad nacional, pero enfrenta desafíos legales potenciales por posibles discriminaciones basadas en perfiles digitales.

En términos operativos, los solicitantes deberán proporcionar handles o enlaces a plataformas como Facebook, Twitter (X), Instagram o LinkedIn, permitiendo revisiones algorítmicas o manuales por agencias como CBP (Aduanas y Protección Fronteriza). Aunque el gobierno asegura que el uso es voluntario en algunos aspectos, rechazar podría resultar en denegación de ESTA, forzando a optar por visados tradicionales más engorrosos. Esto plantea dilemas éticos: ¿cómo equilibrar seguridad con privacidad en una era donde las redes sociales son extensiones de la identidad personal?

El debate se intensifica con casos previos de abusos, como perfiles monitoreados por motivos políticos o culturales, lo que podría afectar desproporcionadamente a ciertos grupos étnicos o nacionales. Organizaciones de derechos humanos urgen transparencia en cómo se usan y almacenan estos datos, con límites temporales para su retención. Mientras, el sector turístico se prepara para orientar a viajeros, recomendando revisiones previas de perfiles para evitar banderas rojas.

En resumen, esta política redefine el acceso a EE.UU. para turistas exentos de visa, priorizando vigilancia digital sobre facilidad de entrada, con repercusiones que se sentirán en eventos globales como la Copa 2026. Su implementación en breve podría marcar un precedente para otros países, equilibrando innovación tecnológica con derechos fundamentales.

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