Airbnb está dando pasos firmes hacia una mayor presencia en el mundo hotelero, una estrategia que, según Javier Ortiz, CEO y cofundador de Sextaplanta —especializada en revenue management y marketing digital—, creará nuevas oportunidades para hoteles de todo tipo, ya sean independientes o parte de cadenas.
En agosto, durante la presentación de los resultados del segundo trimestre, Brian Chesky, CEO de Airbnb, reveló que la compañía planea abordar el sector hotelero con mucha más fuerza. Explicó que, tras un profundo análisis, ven un gran potencial en este mercado y creen que hay mucho por explorar con los hoteles en su plataforma.
Desde Sextaplanta recuerdan que Airbnb lleva años incluyendo habitaciones de hotel en su oferta, aunque el foco principal sigue siendo el alquiler vacacional. Desde 2015, han diseñado estrategias específicas para este canal, usando channel managers que facilitaron la integración de hoteles en Airbnb incluso antes de su alianza con Siteminder en 2018. Esa experiencia les ha mostrado que los clientes de Airbnb tienden a cancelar menos y a quedarse más días, dos aspectos clave para optimizar el revenue.
Poco después de las declaraciones de Chesky, se confirmó un cambio en las comisiones: a partir del 27 de octubre de 2025, los huéspedes ya no pagarán una tarifa de servicio, y el coste recaerá enteramente en los anfitriones. La mayoría de quienes usan un PMS (software de gestión hotelera) pasarán automáticamente al modelo de tarifa única, mientras que los que no lo utilicen podrán seguir con el sistema dividido por ahora, aunque eventualmente migrarán al estándar.
“El sistema anterior, donde huésped y anfitrión dividían los costes, dejaba al alojamiento sin control sobre el precio final, perjudicando tanto al hotel como al canal, que a veces quedaba fuera de competencia frente a otras OTA,” señala Ortiz. Con la nueva comisión fija del 15,5% —sin recargos para los huéspedes—, podría haber dos resultados: algunos anfitriones menos profesionales podrían abandonar la plataforma, mientras que otros podrían profesionalizar más su enfoque de distribución.
Ortiz ve estos cambios como una puerta abierta para que más hoteles, especialmente los que perciben a Airbnb como un canal complementario, se sumen a la plataforma.
Entre los retos, Ortiz destaca que Airbnb exige crear un anuncio por cada tipo de habitación, y los viajeros suelen asociar cada listado a una unidad específica, lo que puede generar confusiones al asignar habitaciones. Sin embargo, con anuncios bien diseñados y descripciones claras, este problema se reduce.
Otro punto a mejorar es que las opciones de tarifas en Airbnb no están tan desarrolladas como en otras OTA, limitando estrategias avanzadas de revenue management. Por el lado positivo, la plataforma ofrece un menor índice de cancelaciones y estancias más largas.
Preguntado si el nuevo modelo beneficia más a hoteles independientes que a cadenas, Ortiz cree que “abre posibilidades para todos, sin distinción de tamaño o afiliación. El viajero de Airbnb busca un ‘anfitrión’, alguien atento y cercano, no un recepcionista. En Sextaplanta hemos visto que los hoteles que transmiten esa filosofía, con un producto único y un servicio excepcional, sacan el mayor provecho, sea cual sea su estructura.”
Los movimientos de Airbnb muestran que la empresa, con sede en San Francisco, quiere trascender el alquiler vacacional, aunque este siga siendo su núcleo. “Podría acabar asemejándose a la sección de hoteles de Booking o Expedia,” reflexiona Ortiz. “Sin embargo, Airbnb siempre ha marcado tendencia, como durante la pandemia o la crisis humanitaria en Ucrania, construyendo una base de viajeros leales. El desafío será equilibrar profesionalización y autenticidad para no perder lo que la ha hecho única,” concluye.