Conocido por su impresionante paisaje montañoso y su naturaleza prístina, Montenegro es un paraíso para los amantes de la adrenalina y los deportes de invierno; a su vez, es el destino ideal para disfrutar de un ambiente costero, de conciertos al aire libre en pleno diciembre y de mercadillos navideños llenos de encanto.
En los últimos años, el país se ha convertido en uno de los destinos turísticos de mayor crecimiento en los Balcanes, atrayendo a un número cada vez mayor de visitantes gracias a su combinación de naturaleza virgen, rico patrimonio cultural y experiencias auténticas.
Aventuras en la nieve
Cientos de kilómetros cuadrados de imponentes montañas salvajes, cubiertas de nieve durante más de medio año, son sinónimo de miles y miles de pistas y caminos que, en medio de blancos paisajes naturales, forman el escenario perfecto para actividades como el esquí, las raquetas de nieve o el senderismo invernal.
El país hará las delicias de los amantes del esquí, con modernas estaciones como las de Kolašin 1600 y Kolašin 1450, que cuentan con pistas de todo tipo, un amplio programa de entretenimiento y un teleférico con calefacción, sistema de sonido y wifi para subir a sus imponentes picos. Por su parte, la estación de Savin kuk ofrece empinadas laderas envueltas en naturaleza virgen, perfectas para los esquiadores más experimentados.
Además del esquí alpino extremo, en Zabljak se puede disfrutar del esquí nórdico o recorrer con raquetas de nieve los senderos señalizados del Parque Nacional de Durmitor; una forma única de explorar laderas y senderos nevados lejos de las multitudes de las estaciones de esquí.
Los grandes picos de Montenegro ofrecen también la posibilidad de practicar deportes de nieve como el esquí de travesía, que permite conectar varios picos de Bjelasica en una sola excursión con equipo especial y guías profesionales. Para quienes buscan más adrenalina, los picos de Bjelasica, Durmitor, Sinjajevina, Komovi, Lovćen ofrecen, a su vez, senderos de trekking invernal de gran dificultad, cuya recompensa llega en forma de imponentes panorámicas a cientos de metros de altura.
Navidad en la costa Adriática
Mientras que las montañas atraen a los aventureros, la costa montenegrina ofrece un refugio tranquilo con su mezcla de encanto mediterráneo y ambiente festivo. Ciudades como Kotor, Budva o Herceg Novi mantienen su belleza en invierno, con temperaturas suaves que permiten pasear por sus estrechas calles sin las multitudes veraniegas.
A lo largo de la costa, se celebran mercados navideños con un aire acogedor, donde disfrutar de productos artesanales y delicias locales como el prošek (vino dulce tradicional). Las plazas principales se transforman en verdaderos escenarios de cuentos navideños, ofreciendo una atmósfera única para comprar regalos, disfrutar de la gastronomía montenegrina o simplemente pasear mientras se disfruta de la música en vivo y el ambiente festivo.
Del 29 de noviembre de 2025 al 31 de enero de 2026, tendrá lugar el Festival de Invierno de Kotor con más de 50 actuaciones en los lugares más emblemáticos de la ciudad; un viaje inolvidable durante 64 días, repleto de conciertos, sesiones de DJ, coros y klapas.
Por su parte, Herceg Novi lleva a cabo una inolvidable celebración de Año Nuevo que, bajo el lema «El Año Nuevo comienza aquí», invita a transformar el invierno en una experiencia llena de sol, actuaciones en vivo de reconocidos músicos regionales, fuegos artificiales y un animado ambiente festivo.
Sin embargo, la diversión no termina ahí, a partir del 13 de febrero comienza el 57.º Festival de las Mimosas, un símbolo del invierno en Herceg Novi y una de las fiestas más animadas del Adriático. Durante más de dos semanas, podrás disfrutar de festivales de pescado y vino, conciertos de artistas como Nina Badrić, Goran Karan, Kaliopi, Riblja Čorba, Yu Grupa y muchos más, acompañados de desfiles de máscaras, programas infantiles y juegos tradicionales que te harán sentir la auténtica cultura local.
Los montenegrinos celebran, además, la Navidad ortodoxa (7 de enero) con costumbres profundamente arraigadas en la tradición local. Muchos pueblos y aldeas de interior celebran ceremonias de badnjak en Nochebuena; los vecinos comparten platos tradicionales, bailan al son de la música local y queman ramas de roble como símbolo de prosperidad.
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