Los trabajadores de Paradores no aguantan más y avisan de que van a "calentar" estas Navidades con huelgas. La plantilla de esta cadena hotelera pública está harta de lo que llaman un "abandono total por parte de las instituciones y la empresa" que viene de más de cuatro años atrás.
Después de manifestarse el viernes pasado de manera sincronizada en las entradas de todos sus centros por el país, los empleados amenazan con acciones más drásticas. Como destacan desde UGT, la cúpula de la compañía no mueve ficha para sacar adelante el convenio colectivo que llevan esperando cuatro años.
El sindicato denuncia que lidian con "condiciones de trabajo inestables, sueldos que dan risa y una conciliación familiar imposible por la flexibilidad extrema, los turnos que cambian todo el tiempo y, sobre todo, el turno partido". Por eso exigen salarios decentes, un plan de pensiones, oportunidades de crecimiento profesional, puestos fijos, garantías en jornadas a tiempo parcial, mejoras para las bajas por enfermedad, jubilaciones parciales, reducción gradual de la jornada y una programación de turnos con antelación.
"Los empleados de Paradores están hasta las narices de ser siempre los que pringan. Cuando las cosas van mal, recortes; cuando van bien, silencio, excusas y a alargar las negociaciones", se quejan, y advierten que, si no hay progresos de verdad, las Navidades van a ser moviditas.
- Contexto laboral actual: La situación en Paradores refleja un conflicto prolongado, con negociaciones estancadas pese a los buenos resultados económicos de la empresa, que cerró 2024 con ingresos superiores a los 346 millones de euros y beneficios netos de 40 millones. En verano de 2025, la ocupación media alcanzó el 86%, con picos del 94% en algunas regiones, lo que resalta el contraste entre el éxito financiero y las demandas pendientes de la plantilla.
- Movilizaciones recientes: Las protestas del 7 de noviembre de 2025 se extendieron a múltiples ubicaciones, desde Madrid hasta Córdoba, León, Santiago de Compostela y Alcalá de Henares, convocadas por sindicatos como UGT, CCOO y CSIF. Estas acciones buscan presionar por un acuerdo inmediato, tras una serie de concentraciones previas y campañas en redes sociales.
- Posibles impactos: Una huelga en Navidad podría afectar gravemente a la temporada alta, considerando que Paradores opera 98 establecimientos y emplea a unos 4.000 trabajadores. Los sindicatos sugieren que, sin avances en las próximas semanas, las movilizaciones escalarán, potencialmente disruptivas para el turismo.
En el panorama hotelero español, Paradores de Turismo —la red pública de hoteles únicos en entornos históricos— enfrenta un conflicto laboral que podría escalar hasta paralizar su operación en una de las épocas más rentables del año. Los trabajadores, representados mayoritariamente por sindicatos como UGT, CCOO y CSIF, han intensificado sus protestas en los últimos días, culminando en concentraciones simultáneas el 7 de noviembre de 2025 en decenas de centros a lo largo del país. Estas acciones responden a un estancamiento en las negociaciones del convenio colectivo, que lleva más de cuatro años sin avances significativos, dejando a la plantilla en una posición de vulnerabilidad pese al auge económico de la empresa.
El descontento se centra en condiciones laborales que los empleados describen como "precarias e insostenibles". Muchos perciben salarios cercanos al mínimo interprofesional, lo que contrasta con los récords de ocupación y beneficios reportados por Paradores: en 2024, ingresos de 346 millones de euros y 40 millones en ganancias netas; en el verano de 2025, una ocupación media del 86% con inversiones millonarias en modernización y campañas de sostenibilidad. Los sindicatos destacan problemas como la "extrema flexibilidad" en horarios, turnos rotativos y partidos —especialmente en cocina y comedor, con jornadas divididas en cuatro horas matutinas y tres y media vespertinas, incluyendo fines de semana y festivos— que hacen imposible la conciliación familiar.
Las demandas específicas forman un paquete integral para mejorar la calidad de vida y la estabilidad profesional. Incluyen salarios justos que permitan "llegar a fin de mes dignamente", la implantación definitiva de un plan de pensiones, oportunidades de desarrollo profesional, reducción de la temporalidad en contratos, jornadas parciales con mínimas garantizadas, mejoras en la gestión de bajas por incapacidad temporal, opciones de jubilación parcial, reducción progresiva de la jornada laboral y una planificación de turnos con mayor antelación para facilitar la vida personal. En algunos paradores, como el de San Marcos en León, el convenio no se ha renovado en más de 15 años, generando desigualdades internas y temores a que se aplique un marco general más restrictivo.
Desde el lado sindical, las críticas son contundentes: "Las trabajadoras y trabajadores de Paradores están cansados de ser siempre quienes pagan las consecuencias. Cuando la situación es difícil, llegan los recortes; cuando es favorable, solo hay silencio, excusas y se dilata la negociación en el tiempo", señalan en comunicados conjuntos. UGT, en particular, acusa a la alta dirección de una estrategia pasiva, "dejando pasar el tiempo" para diluir el conflicto, pese a haber celebrado 22 reuniones desde 2021 sin resultados tangibles.
Por parte de la empresa, Paradores ha respondido con un tono conciliador pero firme, respetando las reivindicaciones y enmarcándolas en el proceso de negociación del convenio. Argumentan que, como entidad pública, están sujetos a la Ley de Presupuestos Generales del Estado, requiriendo autorizaciones previas del Ministerio de Hacienda y un informe favorable de Patrimonio del Estado para cualquier acuerdo con impacto presupuestario —un "proceso complejo" que los sindicatos conocen. La compañía enfatiza su compromiso con condiciones "dignas y justas", citando la aplicación de la jornada reducida de 37,5 horas desde 2020 como ejemplo de medidas sociales y de conciliación, según declaraciones previas de su presidenta, Raquel Sánchez. Mantienen una "comunicación constante" y "voluntad de diálogo" dentro del marco legal.
La amenaza de huelga en Navidad representa un punto de inflexión. Si no hay avances en las próximas semanas, las movilizaciones podrían intensificarse, afectando a una temporada clave para el turismo español. Con unos 4.000 empleados en 98 paradores, un paro podría generar pérdidas significativas, especialmente en destinos históricos y rurales donde estos hoteles son motores económicos locales. Este escenario subraya tensiones más amplias en el sector turístico público, donde el equilibrio entre rentabilidad y derechos laborales sigue siendo un desafío pendiente.