España se ha consolidado como el principal destino europeo para los amantes del golf, gracias a su clima ideal, campos de alta calidad, una sólida oferta hotelera y una rica propuesta cultural. Cada año, cientos de miles de golfistas de todo el mundo llegan al país no solo para jugar, sino para disfrutar de una experiencia completa que combina deporte, cultura y hospitalidad.
Un informe elaborado por la Asociación Española de Campos de Golf (AECG), la Fundación IE y la Real Federación Española de Golf revela que, en 2023, el turismo de golf generó un impacto económico de más de 14.000 millones de euros. Este resultado proviene de los 1,4 millones de turistas que gastaron directamente 6.344 millones de euros, una cifra que, al incluir efectos indirectos, alcanza los 14.152 millones. Estos números confirman la relevancia del golf como un pilar del turismo de calidad en España.
El atractivo de España para los golfistas va más allá de los greens. Los campos españoles reciben una valoración promedio de 7,6 sobre 10, superando a competidores como Irlanda (7,3) y Francia (7,2). Factores como la facilidad para reservar, la calidez de la atención, la oferta cultural y las opciones de ocio también son altamente valorados, consolidando a España como un destino completo.
El perfil del turista de golf destaca por su alto poder adquisitivo: el 61% pertenece a la franja de renta media-alta o alta, frente al 9,43% del turista promedio. Además, su estancia media de casi 12 días es un 58% más larga que la del visitante general, lo que amplifica su contribución económica.
Otro punto fuerte es la desestacionalización. La temporada alta del golf, que abarca marzo-abril y octubre-noviembre, evita los picos del turismo masivo estival, ayudando a equilibrar la actividad turística y promoviendo un modelo más sostenible.
España lidera con el 42% de los turistas de golf europeos, por delante de Irlanda (25%), Francia (25%), Portugal (24%) y Reino Unido (22%). Sin embargo, el informe advierte que Irlanda encabeza las preferencias futuras de los golfistas, con Portugal y Francia acercándose a España. Entre las áreas a mejorar, los visitantes que aún no han venido señalan la relación calidad-precio y la calidad de algunas instalaciones como puntos débiles que podrían afectar la competitividad si no se abordan.
La Asociación Española de Campos de Golf (AECG), que representa a más de 180 instalaciones, desempeña un papel crucial en este éxito. Sin ánimo de lucro, la AECG defiende los intereses del sector, promueve la sostenibilidad, moderniza infraestructuras y fomenta la proyección internacional del golf español. El reciente informe sobre el impacto económico del turismo de golf es un ejemplo de su trabajo para visibilizar la importancia estratégica de este sector, que genera empleo, riqueza y valor para el turismo nacional.
España está en una posición privilegiada para mantener su liderazgo en el turismo de golf, pero debe seguir innovando. Mejorar la percepción de la relación calidad-precio, renovar instalaciones y mantener un servicio excepcional serán esenciales para fidelizar a los golfistas actuales y atraer a nuevos visitantes. En un mercado competitivo, el golf no es solo un deporte, sino un motor clave para el turismo de alto nivel en España, donde cada detalle cuenta.