Canarias

Cierre de playas en Gran Canaria por vertidos de piscifactorías

Cierre de playas en Gran Canaria por vertidos de piscifactorías

El cierre de 17 playas en Gran Canaria por un vertido de restos de peces en descomposición representa un choque directo entre la industria de las piscifactorías y el sector turístico, especialmente en un momento de alta demanda como noviembre de 2025. El problema, que se atribuye preliminarmente a instalaciones acuícolas frente a la costa de Melenara en Telde, ha generado una mancha orgánica oleosa que obliga a prohibir el baño en arenales clave, afectando la percepción de un destino que vive del sol y playa. Aunque la inquietud entre los turistas es contenida por ahora, los touroperadores internacionales como Nordic Travel Leisure Group enfatizan la necesidad de manejar la crisis con discreción para evitar daños a la reputación en medios globales, sobre todo en temporada alta.

Las playas afectadas, cerradas desde hace varios días por la presencia de grasas de pescado y restos de pienso, se extienden por múltiples municipios. De norte a sur, incluyen: en Telde, Melenara, Salinetas, Aguadulce, Tufia y Ojos de Garza; en Santa Lucía de Tirajana, El Yodo; y en Mogán, Tauro, Taurito, Mogán, Playa del Cura, Puerto Rico, Patalavaca, Las Marañuelas, Anfi del Mar, El Perchel, Amadores y Costa Alegre. Además, en Agaete se han encontrado restos en Playa Vieja, pero el cierre preventivo allí se debe principalmente a la borrasca Claudia, que ha complicado aún más la situación con fuerte oleaje.

Mogán emerge como el epicentro del impacto, no solo por tener todas sus playas clausuradas, sino por su dependencia económica del turismo. Con más de 8 millones de pernoctaciones registradas en 2024, lo que supone el 28,78% del total de la isla, este municipio eminentemente turístico enfrenta un revés significativo. La temporada alta en Canarias, que abarca de septiembre a abril, amplifica el problema, ya que cualquier interrupción en el acceso a las playas puede disuadir a visitantes y generar cancelaciones. La alcaldesa Onalia Bueno ha sido tajante en sus declaraciones, expresando indignación por cómo un incidente originado en otro municipio repercute en su localidad. Ha revelado que el ayuntamiento evalúa acciones judiciales contra los responsables, sea quien sea, y mantiene la esperanza de que el oleaje asociado a la borrasca Claudia contribuya a sanear las aguas de forma natural. "No puede ser que algo que se origina en otro municipio nos afecte a nosotros, que somos un destino turístico y tengamos las playas cerradas", remarcó Bueno, subrayando la urgencia de resolverlo para minimizar pérdidas.

Desde el sector turístico, las reacciones iniciales son de cautela. Claes Pellvik, responsable de Comunicación de Nordic Travel Leisure Group —uno de los mayores grupos de los países nórdicos—, ha compartido con Tourinews que las quejas de los huéspedes han sido escasas hasta el momento. "Hasta el momento, han sido escasas las reacciones de los huéspedes respecto al cierre de las playas debido a los problemas con las piscifactorías", explica Pellvik, agregando que confían en una resolución efectiva. Sin embargo, lanza una advertencia clara: "Hay que evitar este tipo de imágenes en los medios", reconociendo que la exposición negativa podría escalar y afectar reservas futuras, especialmente en un mercado sensible como el nórdico, que valora la sostenibilidad y la calidad ambiental.

Este episodio no es aislado; resalta tensiones crecientes entre la acuicultura, vital para la economía local pero con riesgos ambientales, y el turismo, pilar de las islas. Las piscifactorías, aunque generan empleo y producción alimentaria, han sido señaladas en otras ocasiones por vertidos similares que afectan la calidad del agua marina. En este caso, la Fiscalía de Medio Ambiente ya investiga el origen, que apunta a una mortandad masiva de lubinas en una granja marina, con pérdidas estimadas en millones de euros para los productores. Mientras tanto, municipios como Telde y Santa Lucía, donde la industria tiene peso pero no tanto como en Mogán, también lidian con cierres que interrumpen la rutina local y turística.

Para los touroperadores, el mensaje es claro: una gestión rápida y discreta es esencial para preservar la imagen de Gran Canaria como paraíso vacacional, evitando que incidentes como este se conviertan en trending negativo en redes y prensa internacional.

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